miércoles, 8 de julio de 2009

journées à Montauban

Después de dos días en París, conociendo los parques, comiendo los riquíiiiiiiiiisimos helados italianos, y reencontrando antiguos amigos (en verdad solo Elettra, su amor Paolo y Elodie) llegaba el tan temido día de mi superexposición en Francés para la cual estaba más que decidido que acudiría absolutamente drogada por mi queridísimo Sumial (lo estoy dejando :( de verdad...)
La cosa empieza un poco mal, el viaje tan romántico y anhelado en mi cabeza en el tren de noche Paris-Montauban, pués... como que no era tan ideal. Yo había elegido una plaza en cama, no en un zulo de 2mX2m para 6 personas, menos mal que no me dio por llevar mi violoncello... De todas formas los nervios me tuvieron leyendo en el pasillo (en el que a duras penas cabían dos personas una frente a la otra abrazadas) y con una luz extremadamente lúgubre (creo que esa era la parte romántica) hasta las 2 de la mañana. Luego en mi zulo deluxe, mis queridos franceses tuvieron a bien de meter el aire acondicionado. En fin, llego a las 6 de la mañana a Montauban helada, ronca aunque curiosamente el no haber dormido me ha bajado el estado de ansiedad (el sueño supera a los nervios) y además mis profesores han considerado que por esta vez es mejor que nos desenvolvamos solos y que nos busquemos las habichuelas para ir al centro de la formación sin aparecer por allí antes de las 14H, por favor (yo no sabía eso cuando compré mi, por otra parte, baratísimo billete de tren, no soy tan rata!)
Bon, no hay nada que no se quite con un buen chocolate caliente y un buen croissant francés! y luego a seguir estudiando y a esperar a Clara (la compañera de formación que también es española y debía llegar de Paris a las 11) para compartir un taxi y mis miserias (porque para quejarme sigo prefiriendo el español). Y bueno, finalmente llega la hora, por supuesto, yo no sé por qué, pero mi exposición no está prevista, más o menos se arregla y me tomo mi pastillita mágica que me permite exponer con voz alta y clara (aunque la pronunciación no lo fuese tanto...) y sin temblar, sin caer los papeles ni romper el ordenador...ça va!
Eramos entre 35-40 personas, buenas dosis de excentricidad y surrealismo, benditos sean los artistas y aquellos que osamos acercanos a ellos! En fin, bailamos por parejas con una barra de bambú que sujetabamos con un dedo y que nuestro compañero sujetaba por el otro extremo con el suyo, una compañera presentó una proposición de reeducación del músico a través de movimientos de la danza (por supuesto con la correspondiente demostración), una metáfora también a través de la complicidad de la pareja de danza con la energía que debe fluir en una sesión de reeducación de un ARTISTA. Y así cada vez mi cabeza está más cerca de las nubes y mis dedos tocan las pequeñas gotitas dibujando espirales en el cielo.
Pero de nuevo el super romántico tren de noche, con ciertos factores agravantes esta vez, primero la espera de 5 horas y media completamente sola en la estación de Montauban, por supuesto seguimos teniendo el privilegio de tener aire acondicionado aun cuando la temperatura es ya inferior a 18º, y además esta vez en lugar de la cama, una silla inclinable. Lo mejor, sin lugar a dudas, mi compañero de asiento, que, como él si tiene probablemente experiencia en este tipo de viajes, tiene una preciosa manta con la que tiene el aspecto de estar muy agusto. Me paso toda la noche con los brazos cruzados y las piernas recogidas al máximo, demostrando con mis gestos cuando me mira que me moría de frío, pero no me entendió, claro, como él no habla español... Así que por la mañana cuando se despertó, le dediqué la más despectiva de mis miradas con rabia y encono!!!aunque entendía que él no tenía culpa de mi mala leche, pero la verdad no tenía nada mejor en lo que ocupar mi tiempo que en enfadarme con el francesito insolidario de los cojones!!!

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