jueves, 16 de julio de 2009

El día del agua

Vaya tela de díita!
Esta semana ha sido peculiar, he trabajado un día sí un día no: el martes era fiesta nacional y hoy jueves es mi día de descanso, tengo la impresión que la semana es eterna, mañana después de todo, por fin será viernes...
En fin, me propongo irme por la mañana a una piscina que he visto en uno de los miles de panfletos recogidos en la oficina de turismo. Como amanece todo gris y amenazando lluvia, se me antoja el mejor plan.
Ya de camino al autobús digamos que tomé la ducha previa al chapuzón, aunque esto no sería nada.
La piscina es muy bonita. Hay una gran sala con una piscina enorme de 1m de profundidad de una forma muy chula toda llena de curvas. Dentro de la misma se forma un pasillo que se llama "la riviére" que es un canal estrecho y tortuoso de agua donde hay una corriente fuerte que te lleva. Yo lo he pasado varias veces haciendo el cristo y dándome de leches con la pared en cada curva :) Luego he intentado nadar contra corriente y era muy gracioso porque no avanzaba ni medio milímetro y la gente me miraba de una forma extraña.
Además había unos toboganes de unos 5 m de altitud que no descansaban ni un segundo, siempre abarrotado de niños. Yo le pregunté al socorrista si yo podía subir, se ríe y me dice que por supuesto. ¡Qué miedo he pasado! Cuando llegas abajo te ha entrado agua por todos sitios y el bikini... dónde está??? uffffffffffff menos mal que me di cuenta antes de ponerme de pie que el bikini se había replegado sobre sí mismo :)
Luego unos largos en otra piscina que era más ortodoxa y final de la journée en el jacuzzi, sola, delante de unos grandes ventanales que dan a la playa desde donde se ven las gaviotas, los barcos, sufistas...una pasada!
Tras salir con una enorme sonrisa de aquel paraíso, me encuentro a la lluvia que me esperaba fuera y decidió acompañarme durante la media hora que duró la espera del autobús, por supuesto sin paraguas y en una parada que no estaba bien protegida. Lo más irónico es que casi muero de sed en ese intervalo, donde me convertí en poco tiempo, en un pollito mojado y triste...
Finalmente llego a casa y después de comer tenía cita en el banco, porque finalmente he tenido que abrirme una cuenta. A la salida, el día aún gris pero mucho más calmado, las nubes casi no se mueven y el aire ya no huele a mojado (aunque reconozco que me encanta ese olor). Por supuesto no tarda ni dos minutos en empezar a llover pero esta vez como Dios manda, yo a medio camino de ninguna parte, decido perderme para así permanecer más tiempo vagabundeando bajo la lluvia (unos 40 minutos en total).
Llego al banco como si acabase de salir de la piscina tras tirarme vestida. Luego voy a hacer unas compras, de nuevo en compañía de la lluvia pero esta vez mucho más fina. Después de la compra ordinaria, decido volverme para comprar un paraguas.
Como podeis imaginar, cuando salgo a la calle, sale el sol!

1 comentario:

  1. Hay qe ver! Bueno, me alegro de que hayas encontrado un sitio guay para pasar tus días libres. En fin, te imagino, como gorrión bajo la lluvia, jaja, q es lo que decimos tu hermano y yo cuando algo da mucha pena...
    Bueno, pues un beso y que sigas bien.
    PD: Qué tendrán los franceses con sus bancos!? Obligando a todo el mundo!

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