lunes, 21 de septiembre de 2009

paella de despedida


Último fin de semana, de nuevo no encuentro mejor forma de despedirme de mis gabachos que con una buena paella. Mis invitados eran mis compañeras de piso, mi colega fisioterapeuta y algunos de mis pacientes, mi única fuente social, aunque he de admitir que tuve mucha suerte de encontrar gente tan adorable en el gabinete.
Invité a cinco de mis pacientes entre un total de ocho con los que me hubiese gustado compartir la comida pero me las arreglé después para despedirme del resto compartiendo alguna simpática velada en mis 2 últimos días.
Lo mejor fueron los preparativos para una paella para 10 personas. Hice las compras el sábado con un paciente que se ofreció a acompañarme: cantidades industriales de verduras, gambas, calamares y 1 pollo de ojos azules (eso dijo el tendero)!, todo el mercado estaba al corriente de que una verdadera española iba a preparar una verdadera PAELLA! y ahora tengo que enviar la receta y compartirla con los Brestoises ;)
Y finalmente el domingo era el gran día y el gran reto: cocinar la susodicha paella. De nuevo, con la ayuda de un paciente, mi Kevin como pinche. Además de mis invitados les dije a mis compañeras de traer a alguien más porque me salió un paellón y no quería que acabara en el cubo de la basura. Fue divertido juntar a tanta gente distinta que no se conocían entre sí y que sólo tenían en común el ser personas afines a mí, sobre todo porque gracias a estas interacciones fuera del gabinete, se sembró la semilla del amor entre dos de mis favoritos :) Y de esta semilla, nació el "peaso" girasol que me entregó como regalo una de las invitadas de mi compañera de piso, creo que es el regalo más original que haya recibido nunca.

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