miércoles, 2 de septiembre de 2009

Fin de semana de retraso

Al final llegan las esperadas visitas, tras la super publicidad que he intentado hacer del finisterre francés, las fotos tan acogedoras que os envié de mi casa, la tentación de respirar a mi lado el aire del fin del mundo..., sólo una visita en el verano :( Lo sé, lo sé, estamos en crisis y además el mundo de la aviación en lo últimos tiempos ha pinchado demasiadas ruedas...
En fin, finalmente, el 14 de agosto desembarca en Brest la incombustible Clara (compañera española en la formación de Médecine des Arts), la visita garantizada cada vez que me instalo fuera de las fronteras hispánicas, el puente que garantiza mi unión franco-española.
Por supuesto, teniendo en cuenta que sólo tenía una visita, el fin de semana estaba preparado al milímetro, no faltaría una gran cena de acogida y una buena sidra bretona para brindar. Ya desde su llegada, empezamos con los RETRASOS, nada importante, Clara se había equivocado de hora, el tren llegaba una hora más tarde.
Luego en mi super acogedora casa y tras una super cena y una pequeña, pero certera dosis de alcohol, el sueño cae a plomo sobre nuestros hombros. Planificando el sábado y teniendo en cuenta el nivel de cansancio de las tres tras toda la semana de trabajo, RETRASAMOS la hora de salida. Los planes para el sábado eran la asistencia a la I edición del festival de música "La fête du bruit" (la fiesta del ruido) en Landeranau (un pueblo super pequeño, muerto en verano. El festival es uno de los planes de dinamizar el turismo en la localidad).
El interés de salir relativamente temprano residía en el hecho de que dependíamos del tren y la única opción sin coche, era acampar en la zona; la falta de camping en la localidad y la adecuación de unas pequeñas instalaciones para los posibles camperos, apremiaban nuestra salida para conseguir un pedazo de tierra (aunque siempre nos quedaría la acampada urbana, en el más mínimo trozo de césped disponible en pleno centro del municipio)
Un pequeño detalle olvidado por mí en la previsión de nuestro super fin de semana fue el hecho de que el sábado era 15 de Agosto!!!, día de fiesta y por lo tanto un mal día para coger un tren... Esta situación añade al RETRASO voluntario (para no madrugar), el retraso impuesto por la falta de trenes desde las 11 hasta las 14h! El festival empezaba a las 16h30, pero había que guardar la calma y la sonrisa y pensar que todo saldría super bien. Entre tanto, un almuerzo a lo Bretón, un buen Crêpe salado y sidra de la casa!
Realmente fue un super festival aunque con una organización precaria en lo que concernía al parking y el camping, que acabaron instalados en el mismo espacio, debido a la falta de indicaciones claras. Esto convirtió al camping en un reducto hippy de furgonetas, coches, alfombras e iglús que flotaban sobre el suelo (porque no había forma de clavar la tienda en ese terreno).
Nosotras, tras mi desestressación, y la "instalación" como se pudo de la tienda, a beber, que es lo suyo en un festival, en nuestra parcelita de camperos/campistas, nada de banalidades, al buen ron pampero con naranja! Durante el proceso de búsqueda del puntillo, nos vemos interrumpidas, en medio de la emergente euforia, por unos agentes de policía super simpáticos que nos invitan a trasladar nuestra tienda fuera del parking a unos 2 km de allí, nos comentan que este espacio está concebido sólo para el parking y que durante la noche la GENDARMERIE francesa (los picoletos) podría pasar y desinstalar nuestro nido con maneras no demasiado educadas. A mí se me baja el alcohol de golpe y la sonrisa se me vuelve angustia, las niñas me invitan a beber y me convencen que no son más que amenazas, que había más de 30 tiendas a mover (cuyos habitantes ya estaban en el concierto) y que no harían nada porque la culpa era realmente de la mala organización y porque los picoletos son necesarios para cosas más importantes durante un festival con miles de bretones ebrios (hay que ver como beben por aquí!!! increíble!!! son los irlandeses franceses)
Finalmente el señor Pampero me devuelve el buen humor y me tatúa una bonita sonrisa en la cara. Llegamos sobre las 6 de la tarde a los conciertos, lleno absoluto y buen ambiente, 3 barras, un gran escenario con muy buen sonido y UN SUPER DÍA DE SOL! Todo pasa muy bien salvo los momentos en los que mi cabeza vuelve al camping e imagina a los simpáticos gendarmes cortando con unas super tijeras la tienda (que me ha prestado mi colega a la que sustituyo) y tirando por tierra todos nuestras preciosas pertenencias abandonadas en el camping flotante.
De vuelta al camping, la tienda sigue majestuosa, de pie, en su sitio, ofreciéndonos un suelo muy estable y resistente, dicen que las superficies duras son mejor para la espalda... yo como fisioterapeuta y como usuaria, me atrevo a ponerlo en duda.
Al día siguiente desintalamos el campamento base a la hora prevista bajo una lluvia incesante (super práctico para plegar una tienda) y cogemos el tren en punto para llegar a Brest, soltar algunas cosas y coger un barquito rumbo a Crozon, una península de playas salvajes y las increíbles formaciones rocosas típicas del "fin del mundo". Trás una paradita en el gabinete, salimos con RETRASO y perdemos nuestro barquito, por suerte hay otro que nos lleva a una localidad en la misma península aunque menos interesante, siempre nos quedaba la posibilidad de un taxi (que costaba unos 20 euros ida, 20 vuelta)
En fin, como en tiempos de crisis no está la cosa para despilfarrar, decidimos ir a pie hacia Camaret, a unos 8-10 km de la localidad donde desembarcamos. El sol comenzaba a salir y el paisaje invitaba al paseo, así que entre canciones infantiles y clásicos del pop español que no acababamos de poner en pie, transcurrió más de hora y media de paseito. Finalmente a la llegada, el almuerzo se convertía en una necesidad, necesidad que nos costó la mayoría del poco tiempo que nos había quedado para visitar la ciudad. Así que al final, la visita se quedó en el paseito y el almuerzo mirando al mar, nada mal si no fuera porque de nuevo el RETRASO nos dejaba totalmente fuera de mi perfecta planificación de visita de unos de los lugares más hermosos de todo el finisterre, y por supuesto la consiguiente frustración y la cara larga ( me sentía responsable del fracaso del fin de semana, fracaso sólo percibido por mí, las niñas estaban super contentas).
Finalmente las acompaño a la estación y las niñas me recuerdan que ME TENGO QUE RELAJAAAAAAAAAAAAAR y es verdad, debo aprender la lección para la próxima y ser más COOL! (como dicen por aquí)

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